El trabajo crítico continúa en Madagascar con un enfoque en la seguridad.
Como casi todo lo demás, la plantación de árboles se ha visto muy afectada por la pandemia de COVID-19 que comenzó a arrasar el mundo en los primeros meses de 2020. Pero en las selvas tropicales de Madagascar, las poblaciones de lémures en peligro de extinción no pueden resistir una pausa en los importantes esfuerzos para proteger y ampliar su hábitat. Tampoco pueden las personas que dependen de este trabajo para su sustento. Había que encontrar un camino a seguir.
Antes de tomar el último vuelo para salir del país el 19 de marzo, el Dr. Ed Louis y su equipo obtuvieron rápidamente los suministros necesarios para que Madagascar Biodiversity Partnership (MBP) funcionara de manera segura. Prevenir la propagación de la enfermedad era vital, no solo para los plantadores de árboles sino también para los propios lémures, ya que el análisis del genoma reveló que los lémures son susceptibles a la enfermedad.
PROTOCOLOS DE SEGURIDAD IMPLEMENTADOS
El administrador del lugar, que ha permanecido en cuarentena con su familia para evitar la propagación inadvertida, ha establecido un proceso simplificado que deben seguir los plantadores de árboles. Menos personas trabajan cada día para garantizar un distanciamiento social adecuado. Se han establecido estaciones de lavado de manos y a todos se les proporciona una máscara reutilizable limpia para usar todos los días. Los árboles se están plantando más separados para mantener una distancia de 2 metros entre las personas en todo momento, y el contacto entre los plantadores de árboles se está limitando tanto como sea posible.
A pesar de que el país ha estado relajando sus pautas, el MBP ha mantenido estrictas normas de seguridad para garantizar que el trabajo pueda continuar.
IMPULSO HACIA ADELANTE
El objetivo para 2020 era plantar 750.000 árboles, una cifra que se habría alcanzado fácilmente en circunstancias normales. Pero como todos sabemos muy bien, 2020 no fue un año para circunstancias normales. Si bien este hito no se alcanzaría, todos se unieron para garantizar que el trabajo continuara. Hasta octubre, el MBP había plantado cerca de 500.000 árboles en la isla.
También se concentraron esfuerzos importantes en la región Montagne des Français de Madagascar, hogar del lémur deportivo del norte, el primate en mayor peligro de extinción del mundo. Los árboles en esta área están siendo talados ilegalmente para carbón a un ritmo alarmante, y esta especie de lémur depende de los árboles para sobrevivir. Se han asignado más patrullas policiales para ayudar a frenar el problema.
EL IMPACTO QUE USTED AYUDÓ A HACER
Los miembros y donantes de la Fundación Arbor Day se han asegurado de que el progreso aún sea posible en Madagascar este año. Su apoyo ha mantenido la plantación de árboles, y los salarios de los trabajadores, en el momento en que más se necesita.