
Has hecho tu tarea. Encontraste el árbol correcto para el lugar correcto. Su sitio de plantación está listo y tiene todas las herramientas que necesita. ¿Ahora que? plantando un arbol debería ser fácil (y divertido). A pesar de que los árboles son criaturas resistentes, aún requieren cuidado al llevarlos a casa desde un vivero o recoger uno en un sorteo de árboles.
Pregúntele a un arbolista: ¿Cómo elijo un árbol de vivero?
Aquí hay 6 consejos para tener en cuenta cuando traiga un nuevo árbol a casa.
- No levantes un árbol por el tronco. Siempre llévelo o levántelo por el cepellón o el contenedor.
- Ate los árboles de forma segura a su automóvil para que no rueden. Los árboles rodantes tienen el potencial de romper el cepellón y romper las raíces.
- Si el cepellón de su árbol está envuelto en plástico*, no lo deje al sol y deje que las raíces se sobrecalienten. Manténgalo a la sombra o quítele el plástico.
*A veces, los viveros envuelven los cepellones en plástico para evitar la pérdida de humedad, recuerde quitar el plástico antes de plantar. Esto también se aplica a los árboles envueltos en arpillera.*
- Lo mejor es plantar árboles el mismo día. Cuanto más espere, mayores serán las posibilidades de estrés en su árbol.
Pregúntele a un arborista: ¿Cómo planto árboles a raíz desnuda?
- Cuando plante, afloje el suelo alrededor de las raíces para permitir el oxígeno. Los árboles necesitan agua y aire, y si mantiene intacto el cepellón, aumenta las posibilidades de asfixiar a su árbol.
- Plante su árbol de modo que la raíz quede al nivel del suelo. Cava un hoyo a la misma profundidad que el cepellón, no querrás enterrar las raíces.
Algunas de las razones más comunes de la mala salud de los árboles se deben a plantar un árbol demasiado profundo, por debajo del agua o por exceso de agua. Recuerde cubrir y regar su árbol después de plantarlo. El mantillo ayuda a los árboles a retener la humedad en el verano y a aislar el suelo en el invierno. También ayuda a prevenir la propagación de plagas.
Pregúntele a un arbolista: ¿Por qué cubrimos con mantillo?