Pero saber de qué forma cultivar lechuga no es interesante, únicamente, para todos los que se inician en el huerto. También es interesante para aquellos expertos que, quizás, dejaron de lado ciertas pretensiones que tiene esta planta. Un par de semanas antes de la última fecha de helada de primavera es el momento de trasplantar el plantón al exterior.
A fin de que la lechuga crezca fuerte, tres semanas después del trasplante puedes poner un fertilizante de liberación lenta que sea abundante en nitrógeno. Para asegurar que la planta siempre y en todo momento tenga humedad y eludir encharcamientos, puedes poner un plato o una bandeja con agua debajo, para que la lechuga la logre absorber poco a poco. Ahora, solo queda esperar, y colocarlas al lado de una ventana, ya que las semillas deben recibir abundante luz solar. Asimismo debes asegurar que el caldo de cultivo esté siempre y en todo momento húmedo, aunque ten presente que tampoco es bueno encharcarlo.
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¿Cómo Y Cuándo Cosechar Lechugas Nuevas?
Es importante que distribuyas las semillas de forma traje en los compartimentos de la bandeja de semillas. Si te es más fácil, usa los dedos para presionarlas tenuemente en el caldo de cultivo. Si siembras las semillas en interior, las plantas tienen la posibilidad de favorecerse de una fecha de siembra temprana y, en consecuencia, su temporada de crecimiento será mucho más extendida. Las lechugas romanas y redondas son 2 tipos comunes de cogollo de lechuga.
Lo mucho más sencillo es siempre y en todo momento ―en especial si es la primera vez que la vamos a cultivar― empezar comprando pequeñas plantas de lechuga en un vivero o tienda de jardinería. Solo cuestan ciertos céntimos de euro cada una, y traen su propio cepellón lleno de raíces. Se pueden plantar lechugas en cualquier momento del año, pero no de cualquier forma.
Cultivar Lechuga: Cómo Y Cuándo Hacerlo
Si vives en climas fríos evita sembrar en los meses de invierno, entre diciembre y febrero. Es, probablemente, uno de los cultivos más sencillos y humildes que hay. No solo es una planta fecunda que, incluso teniendo un único ejemplar, da bastante de sí. Añadido, pertence a las plantas de huerto idóneas para principiantes.
Pero si decidimos disfrutar de nuestras plantas desde semillas o deseamos incluirlas si nos planteamos de qué forma empezar un huerto urbano en semilleros, hay unos cuantos cosas fundamentales. Y es que necesitaremos tomarnos la labor con mimo y, más que nada, con calor. Después de las primeras semanas desde su plantación, deberás mantener el riego incesante (una vez cada tres días) e intentar que en todo instante les dé luz natural para garantizar su buen avance. En el momento en que veas que la planta alcanza los diez centímetros de prominente, es el momento de trasplantarlas a una maceta.
Solo cuando nuestras plantas tengan un tamaño en torno a los diez centímetros vamos a poder proponernos el trasplante. Si estamos todavía en los principios de la primavera, tendremos que poner a cubierto nuestro cultivo.
El más destacable momento para comenzar el desarrollo de siembra de la lechuga desde semillas es a finales del invierno o principio de la primavera, ya que lo ideal es hacerlo cuando hay pleno sol durante el día y sombra al final de la tarde. La lechuga es un cultivo de tiempo fresco que debe ser plantada en la huerta a principios de primavera o finales de verano. En altas temperaturas, se impide el desarrollo, las hojas tienen la posibilidad de ser amargas y se forma el tallo donde se generan flores, el cual se alarga rápidamente. Fenómeno indeseable llamado espigado al no ser que deseamos reproducir la lechuga por semillas.
Suelo Y Riego Para Las Lechugas
Asimismo puedes procurar poner la lechuga en una maceta, pero el éxito con las plantas prosperando y transformándose en una lechuga completa en esta condición es un tanto más bajo. Y, lo que es más importante, para ser una fuente de nutrientes para nosotros.
Para llevar a cambo el proceso de siembra de la lechuga, ayúdate de bandejas de semillas compradas en una tienda o hazlas por tu cuenta con cartones de huevo viejos, cajas o papel de periódico. Una vez lo tengas listo, llena las bandejas de semillas con un caldo de cultivo sin suelo, que puedes adquirirlo o llevarlo a cabo mezclando vermiculita, perlita y musgo. También puedes adquirir los plantones ahora germinados, en cuyo caso tendrás que pasar de forma directa al paso 7. Así como veíamos al principio, nuestro suelo ahora está preparado y listo para un trasplante que no vamos a poder apresurar.
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Si no comes la lechuga tras cogerla, puedes guardarla en el refrigerador. Te recomendamos guardarla en una bolsa de plástico con unas toallas de papel de cocina, para que te dure hasta diez días.
Tres semanas tras el trasplante, utiliza harina de alfalfa o fertilizante de liberación lenta rico en nitrógeno para que la lechuga crezca fuerte y con rapidez. Acaba el proceso aplicando un riego generoso a cada planta, llenando el pequeño alcorque o depresión que dejaste en torno a cada una. Dicho todo lo previo, esto que queda es lo más fácil de todo, ya verás.