Las aves dependen de los árboles para muchas cosas. Alimento. Refugio. Material de anidación. Protección contra depredadores. Pero, ¿sabía que los bosques también suelen ser críticos para las aves migratorias?
Hoy, el Día Mundial de las Aves Migratorias, es un gran recordatorio de cuánto pueden los árboles sustentar la vida silvestre que amamos. Y el valle aluvial de Mississippi es un excelente ejemplo de esto.
El valle aluvial de Mississippi es un ecosistema de madera dura de tierras bajas a lo largo del río Mississippi. Se considera uno de los recursos de humedales críticos más importantes del continente norteamericano.
Esta área también sirve como hábitat vital para aves migratorias y numerosas especies de plantas y animales. Se estima que el 40% de las aves acuáticas de América del Norte y el 60% de todas las especies de aves migran a lo largo del río Mississippi, aunque sus poblaciones han disminuido debido a la pérdida de hábitat. Originalmente, el valle del río estaba cubierto con 25 millones de acres de bosques, pero actualmente quedan menos de 5 millones de acres de bosques.
La falta de árboles ha afectado dramáticamente el ecosistema. La pérdida de este recurso crítico ha resultado en una disminución de la vida silvestre y de la calidad del agua, lo que ha llevado a una zona muerta cada vez mayor en el Golfo de México. Además, ha habido una pérdida del amortiguador natural de control de inundaciones.
Plantando para los pájaros
Para apoyar a las aves migratorias, así como al ecosistema en su conjunto, la Arbor Day Foundation se ha asociado con GreenTrees para reforestar la región. Juntos, estamos trabajando con agricultores locales para restaurar áreas de Arkansas, Mississippi, Louisiana, Kentucky, Illinois, Missouri y Tennessee. El objetivo del proyecto es crear bosques que los propietarios de tierras mantendrán de forma permanente gracias a incentivos financieros como la venta de créditos de carbono, productos de madera y servicios recreativos, así como los beneficios ecológicos de restaurar el hábitat de la vida silvestre. Este trabajo creará un flujo de ingresos sostenible que garantizará la conservación de los bosques y un compromiso continuo de los agricultores.
A medida que se plantan los árboles, la ruta migratoria regresa lentamente a su estado natural, ofreciendo un respiro para las aves migratorias de América del Norte que hacen su viaje anual por la zona.
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